sábado, 28 de agosto de 2021

BRINDO POR VOS

Brindo por vos Usted eso no lo puede hacer, le dijo con cara de malo el inglés enojado. Y ella le contestó que no podía dejar al bebe en su casa. No es posible, no está previsto que sea así, usted debe arreglar sus cosas pero no puede venir a trabajar con su bebé a la oficina, no es posible, ¿a quién se le ocurre? A mí, habrá pensado ella, aunque no se lo dijo. Todo esto dicho por el inglés con cara de malo y en un castellano de colonizador tipo spanglish. Juancho era un bebe recién nacido pocos días antes y la verdad es que no recuerda la escena, jaaah!, pero sí recuerda la forma en que su madre, con emoción y orgullo, relataba la escena. Percibía que la decisión de su madre provenía de sus tripas con la enorme fuerza que respaldaba lo que hacía con profunda convicción. Corría el año 1946 y los ferrocarriles estaban en ese momento en manos de los ingleses, la legislación no contemplaba estas situaciones y los sindicatos prácticamente no existían. En ese contexto la mamá de Juancho decidió por su cuenta que iría a trabajar, pero que llevaría a su pequeño hijo con ella. Corajuda la vieja, aunque en aquel tiempo no tan vieja, andaba por los 35 años, con firmeza y una importante cuota de coraje. Si bien hemos sido enseñados/domesticados para el no coraje; "no te metas", "no seas el cabecilla", "deja que otros hablen", "vos cuídate", etc.), ella era leal a sus convicciones y se percibía claramente en el relato de Juancho el agradecimiento a su madre, pues en su accionar contracultura dejaba a sus hijos una importante enseñanza. Vivían en Temperley y la oficina en la que trabajaba la mamá de Juancho estaba en Constitución, así que ella debía caminar las 7 cuadras que distanciaban su casa de la estación Temperley, subir con el cochecito por las escaleras del puente que le permitirían llegar al andén por el que pasaba y paraba el tren a Constitución. Juancho hoy no tiene datos y ya no hay testigo vivientes a quienes consultar, así que no podemos saber por cuánto tiempo se habrá mantenido esta situación, pero la vieja enfrentó la enfrentó ante su jefe inglés y él se la tuvo que comer con fritas. Como el 28 de septiembre pasado la corajuda madre hubiera cumplido 110 años, Juancho con este sentido relato, nos invita a levantar las copas y brindar por ella, en memoria a su fuerza, su coraje para tomar riesgos y su capacidad para sostener las decisiones alineadas con sus valores y principios. Feliz cumple 110! Eduardo Larriera 30 09 2020

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