jueves, 25 de mayo de 2017

30

Publicaciones Semanales Breves    30     -    22  05 2017
La Ilusión los Sueños, la Motivación, los Valores... (continuación)

Pasar de un círculo al siguiente en el planteo del artículo anterior, ampliar nuestra área de influencia, poder llegar con nuestras ideas, nuestras convicciones, nuestras propuestas a un círculo mayor, implica afrontar los desafíos que nos plantean los límites que conlleva toda situación en la vida.
La percepción de límites en principio nos molesta, nos fastidia, pues en general marcan un punto de fricción entre lo que queremos realizar y las posibilidades reales y concretas de hacerlo.
También debemos decir que existen límites internos y externos.
De los primeros no siempre somos conscientes, pero algunas veces, por inseguridades propias que generan ciertos temores, nos llevan a sentir y pensar que no será posible avanzar en la realización de lo que deseamos.
También ocurre con frecuencia que tendemos a culpar o responsabilizar a otros de lo que en realidad nosotros mismos no podemos o no nos animamos a hacer y preferimos permanecer en la inacción.
En general ocurre que hay un poco y un poco, como ocurre habitualmente, existen dificultades internas y externas y la combinación de ambas culminan en una suma que será limitante para nuestro accionar.
Todo esto, sumado a otras causas, termina en un malestar y rechazo a la sola idea de los límites, lo que conspira incluso en malas praxis paternas y maternas a la hora de educar a los hijos.
Nuestro habitual enojo con los límites nos impide ver que el amor no consiste solo en dar y dar y dar. Es bueno, valioso y necesario el dar, tanto como el ayudar al desarrollo de la conciencia de los límites.
Un niño que va creciendo sin reconocer que "todo no se puede", no le será fácil desarrollar su tolerancia a la frustración y tanto en la adolescencia, en su paso por la escuela, en su juventud y más tarde en la adultez, en el recorrido por la vida tanto personal como laboral, le resultará complicado aceptar los límites necesarios para lograr una interacción saludable con los otros y en la vida institucional en la que se integre.
Existe una metáfora interesante que nos invitará a revisar nuestras apreciaciones acerca de los límites.
Imaginemos que nos encontramos en la terraza de un piso 40 en un edificio y no han colocado aún las barandas que marcan el límite entre el piso firme y el vacío.
En esta situación, ¿A qué distancia del borde estaríamos dispuestos a acercarnos?
Seguramente la gran mayoría diría que permaneceríamos en la parte más central, equidistantes de los bordes.
Acto seguido son colocadas las barandas que marcan con precisión el límite entre el piso firme y el vacío, ¿A qué distancia del borde estaríamos dispuestos a acercarnos en esta nueva situación?.
Seguramente, la mayoría diría que mucho más cerca del borde; incluso habrá quienes dirán que hasta la baranda.
Lo que vemos entonces es que la percepción del límite nos permite ampliar nuestro espacio, simbólicamente en esta propuesta de imaginación está expresado el beneficio de la percepción del límite.
Entiendo entonces que puede ser útil alimentar nuestra reflexión sobre el tema de nuestra área de influencia, pues el cómo ampliarla, entre otras cosas, dependerá en buena medida de la percepción de los límites de hasta dónde puedo avanzar en cada área.


La imagen puede contener: cielo, océano, exterior y agua


sábado, 20 de mayo de 2017

29

Publicaciones Semanales Breves    29     -    15 05 2017
La Ilusión los Sueños, la Motivación, los Valores...
Hoy en una sesión, una paciente que es muy lúcida,  a propósito de ciertos planteos y reflexiones sobre los que estuvo trabajando, me pregunta sobre nuestras ilusiones, nuestras motivaciones y sobre algo que en ella surge como cuestiones vinculadas a la espiritualidad.
A la luz del momento que está viviendo, en el que se le presentan situaciones desafiantes y enriquecedoras y que implicarían cambios importantes en su vida, me resultó sumamente interesante y saludable su planteo.
¿Que son las ilusiones?, pues están fuertemente vinculadas a nuestros sueños, nuestros anhelos, expresan situaciones, muchas veces ideales, por las que sentimos que tiene pleno sentido hacer lo necesario para llevarlas a cabo.
Poder soñar es algo maravilloso y uno de los indicadores claros de salud, pues nos estimula a la creación, nos ayuda a ponernos en marcha; si estamos en estado de quietud, de excesiva pasividad, nos conecta con nuestros deseos de pasar a la acción.
Y al hablar de deseos, entramos en el segundo concepto que es la Motivación. La motivación es, como lo hemos tratado en artículos anteriores, el Deseo, las Ganas, el Motor que nos pone en marcha para poder hacer realidad nuestros sueños, concretar nuestras ilusiones.
¿Y qué es la Espiritualidad?, pues entre otras cosas, algo que está íntimamente vinculado a nuestros valores. Cuando nuestras acciones están alineadas con nuestros valores, con nuestras convicciones de lo que está bien y de lo que es bueno, para nosotros y para los otros, todo lo que hagamos cobra sentido.
Una vida llena de sentido es la que nos acerca al estado de felicidad.
Cuando algo tiene pleno sentido, las energías, la fuerza, la inteligencia, la creatividad para lograrlo aparecen solas.
Cuando andábamos por los 18/20 años, queríamos cambiar el mundo; esa era nuestra ilusión, luego, a medida que el sentido de realidad se encargaba de mostrarnos los límites de nuestro posible accionar, redefiníamos los límites y en vez del mundo, sentíamos que lo que sí podíamos cambiar era el país y con el correr de los años, el diámetro del círculo que marca el área de nuestra posible influencia iba disminuyendo.
Este dinamismo puede ocasionar frustración y estados depresivos por la imposibilidad de crear un proyecto posible que nos permita re dimensionar nuestra ilusión y ponerla en términos de lo que SÍ podemos hacer dentro del área de nuestra influencia posible., que no es poco.
Y como el desarrollo de nuestra creatividad no tiene límites, bien podemos experimentar satisfacción por los avances e ir acrecentando el diámetro de los círculos que enmarcan nuestra área de influencia.
En el centro del círculo estamos cada uno de nosotros; en el primer círculo seguramente aparecerán nuestros hijos, pareja, familia primaria y en los círculos siguientes aparecerán otros miembros de la familia, luego amigos, compañeros de trabajo o de otras actividades, vecinos, miembros de instituciones a las que pertenecemos, etc.
Luego, en la medida que nuestras ilusiones continúan invitándonos a sentirnos vitales, estimularán el surgimiento de nuestros deseos, nuestras ganas de hacer lo necesario para que nos lleven a la acción.
Rescato entonces la importancia de poder visualizar y establecer con claridad el Proyecto Posible, al que nos hemos referido en un artículo anterior.
En dicho proyecto, idealmente estarán contenidas nuestras ilusiones, quedará a la vista nuestro deseo de hacer lo que haya que hacer, podremos diseñar el mejor modo de hacerlo y seguramente todo ello estará alineado con nuestros valores.
Sepamos que tal alineamiento es el que nos llevará a experimentar satisfacción por lo que hagamos, pues en ello quedará plasmado en qué consiste nuestra contribución al mundo con lo que vayamos haciendo en las diferentes áreas de nuestra influencia.
Poder plasmar nuestros deseos en acciones concretas, también nos animará a que nuestra área de influencia crezca y podamos plantearnos desafíos crecientes, que seguramente no llegarán a cambiar el mundo, pero sin duda que contribuirán a cambiar nuestro mundo, ese sobre el que podemos ser protagonistas.


miércoles, 10 de mayo de 2017

28

Publicaciones Semanales Breves    28     -    06 05 2017
El escepticismo como enfermedad

En los primeros artículos de esta serie tocamos el tema de la percepción y dijimos que "todo se inicia con la percepción".
Si percibimos algo como problema, podremos ocuparnos de resolverlo y si no lo percibimos, puede ocurrir que nos acostumbremos a convivir con el problema, acomodándonos a las incomodidades que nos causa y/o tornándonos dependientes del mismo.
También podemos emplear uno de los mecanismos defensivos más primitivos que es la Negación, con lo cual, nos decimos y decretamos que aquí no hay ningún problema.
Con esto no habremos resuelto nada, simplemente será un intento de bajar los niveles de ansiedad y para ello y por un rato puede funcionar, pero si no hemos percibido y reconocido la existencia del problema, el problema quedará ahí.
El fenómeno de la percepción es muy interesante. Les invito a pensar, por ejemplo, que el OPTIMISMO y el PESIMISMO son dos trastornos en la percepción.
El OPTIMISTA es aquel que tiene más facilidad para ver el lado bueno, positivo, lindo, de las cosas y ocasionalmente se va dando la cabeza contra las paredes, pues en algún momento se manifestarán algunos aspectos que habían quedado ocultos.
Ocultos no porque necesariamente haya habido un intento consciente y voluntario de ocultarlos, aunque es cierto que algunas veces esto ocurre; pero no es esto a lo que nos estamos refiriendo en este momento. Simplemente comprendamos que esto puede ocurrir.
Todos hemos pasado por ejemplo, por momentos en los que nos hemos sentido divinamente bien, por ejemplo en  el período de enamoramiento, al inicio de de una relación afectiva; todo está muy bien, ella o él es una persona hermosa, divina, sensible, afectiva, inteligente, amorosa, amable, etcsss. y luego de un tiempito de relación, suelen ir apareciendo a la vista una suerte de  "pequeños defectitos" del otro.
¿Qué es lo que ocurre entonces?, que en el campo perceptivo comienzan a asomar aquellas cualidades que habían quedado debajo de puntos ciegos, y es bueno que eso suceda, pues se amplía la percepción y se obtiene una visión más realista.
A partir de ese momento se da la oportunidad de elegirse y reelegirse desde una posición de mayor madurez, de aceptarse mutuamente a partir de esa percepción más realista.
Y no necesariamente se pierde la pasión o se entra en la rutina, etc., temores que suelen estar presentes en ese período.
Como hemos dicho, también debemos hacer una mención al PESIMISMO, como fenómeno  similar al optimismo pero opuesto en cuanto a los efectos.
Así como el OPTIMISTA se va dando con la cabeza contra la pared por su visión sesgada, pensando que lo va a poder todo, no pudiendo ver las limitaciones ni los riesgos, el PESIMISTA se auto condena a arrastrar su humanidad por la vida, sintiendo que no puede, que no va a poder y entristeciéndose por esta forma de mirar la vida.
¿Cómo se superan el OPTIMISMO y el PESIMISMO?, pues con el REALISMO, que significa ampliar la visión, con la idea de lograr una percepción más amplia y completa, aportando lo que en cada caso no se percibe.
Si hemos ido desarrollando una visión negativa, que tiende a ubicarnos en el extremo del "No se puede" (del artículo anterior), debemos estar atentos que ello nos puede llevar a un estado de ESCEPTICISMO, que por las limitaciones que nos produce, se irá convirtiendo en una suerte de enfermedad invalidante, que nos sumirá en la impotencia.
Si comienzo a pensar que algo no tiene solución y luego desarrollo la convicción de que no hay tal solución, no me queda más remedio que caer en la impotencia para hallar respuestas y encontrar salidas o soluciones.
Si percibimos entonces que estamos en riesgo de que algo de esto nos ocurra, es recomendable buscar la ayuda que nos permita superar ese estado de ESCEPTICISMO, para poder recuperar la espontaneidad, el humor, la sensibilidad, la inteligencia, la creatividad, que no es otra cosa que acrecentar nuestra salud y bienestar, y colocarnos en mejor situación para hallar soluciones.
Todos padecemos en alguna medida de esta "enfermedad", del ESCEPTICISMO, que en cada caso queda circunscripta a algún área de nuestra vida. Lo importante es estar muy atentos para observar que no se extienda a otras áreas, pues si esto ocurriera, el síntoma visible, que es el estado de impotencia para hallar soluciones, se acrecentará.
En la vida adulta no hay ya nada que sea gratis; todos pagamos en alguna moneda lo que queremos lograr y siempre ocurre que lo más barato es lo que pagamos con dinero y lo más caro lo que pagamos en moneda Salud. Cuidémonos entonces.

¡Estemos atentos!

martes, 2 de mayo de 2017

27

Publicaciones Semanales Breves    27     -    29 04 2017
El Proyecto/Propuesta Posible

En diferentes momentos de nuestras vidas hemos pasado por situaciones que nos han afectado de tal manera que nos han llevado a un estado de inacción; con una clara sensación de que no podemos hacer nada para superar ese momento.
Son estados que podríamos definir como de PASIVIDAD, en los cuales nos cuesta encontrarnos con nuestros propios recursos como para afrontar la situación y hallar alguna alternativa de solución.
Desde que la psicología se ha popularizado, muchas personas utilizan términos teóricos y técnicos para referirse a otras personas tanto como a uno mismo. De tal manera que es frecuente escuchar que "estoy deprimido", "Fulano tiene depresión".
Hasta algunos conceptos con frecuencia son empleados con la pretensión de desvalorizar e incluso insultar a otro: "no seas neurótico", "sos un obsesivo", no seas histérica", etc.
Si bien ese estado de inacción, de pasividad, puede vincularse a un estado depresivo, un estado de pena, tristeza, no necesariamente es una depresión y no ayuda para nada estigmatizar con esos rótulos a nadie.
Lo que nos interesa es comprender la dinámica subterránea que genera estos estados.
Como ya hemos dicho en un artículo anterior, una forma en que se manifiestan estos estados es a través de la QUEJA.
Cuando nos quejamos por algo que nos ocurre, o que no ocurre y deseamos que tenga lugar, estamos hablando de nuestras dificultades para hallar una solución, que implica tomar alguna DECISIÓN, que idealmente nos llevará a tomar alguna ACCIÓN.
Esto significa que tendremos que asumir alguna cuota de RIESGO, lo que podremos hacer si contamos con CORAJE.
Uno de los problemas es que no hemos sido estimulados ni educados para desarrollar CORAJE; desde niños hemos venido escuchando de nuestros mayores cosas como "no te metas", "no te conviene hablar", "espera a que hable otro, cuídate", "aprende a callar para no quedar en expuesto..." y un buen etc.
Esta condición no nos ayuda a salir de la pasividad y la inacción y pasar a la PROACTIVIDAD y lo único que podemos hacer frente a esto es trabajar sobre uno mismo, para poder acrecentar nuestro coraje y teniendo en cuenta los límites que toda situación tiene, darnos a la tarea de definir acciones posibles que nos permitan ponernos en marcha para poder satisfacer nuestros deseos.
El título de este artículo, EL PROYECTO/PROPUESTA POSIBLE, nos invita a pensar que entre los extremos conformados por el "NO SE PUEDE" y los "PROYECTOS FARAÓNICOS O DELIRANTES", en algún punto siempre podremos crear el PROYECTO/PROPUESTA POSIBLE".
En el otro extremo del NO SE PUEDE, en el que se instalan personas que tienden a percibir el lado negativo de las cosas, están los que tienden a percibir solo el lado positivo, dando lugar en muchos casos a la formulación de PROYECTOS/PROPUESTAS DELIRANTES.
Buceemos entonces en nuestro interior para conectarnos con nuestras preciadas reservas de salud, entre las que están nuestra espontaneidad, que abrirá las puertas a la creatividad, nuestra inteligencia, que es nuestra visión y nuestro sentido del humor que nos ayudará a mantenernos en estado de "buena onda", frente a los picos de enojo que aparecen frecuentemente frente a las dificultades.