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Publicaciones Semanales Breves 36 - 07 07 2017
Reflexiones sobre las situaciones conflictivas (5º Continuación)
Continuación de los puntos 1 y 2 de
la publicación anterior.
3.- No existen soluciones
únicas para los conflictos. Siempre es muy conveniente contar con varias
alternativas posibles de solución.
·
Asimismo,
debemos estar dispuestos a escuchar diferentes enfoques y argumentaciones.
·
Lo que acabo de
plantear es una cuestión de actitud, tiene que ver con la visión que uno pueda
desarrollar, es decir, salirse del esquema egocéntrico que con frecuencia nos
lleva a pensar que “la única solución para este conflicto es tal o cual”,
justamente la que se me ha ocurrido a mí.
·
No se trata de
una técnica sino nuevamente una cuestión de sentido común. Es muy probable que
la mejor solución surja del proceso de discusión e intercambio de puntos de
vista entre las partes.
·
Pero sí quiero
hacer mención aquí a aspectos técnicos que habitualmente resultan de mucha
utilidad.
·
Me refiero
concretamente a todas las técnicas que conocemos sobre Planeamiento y Análisis
de Problemas y Toma de Decisiones.
·
Alguna mención
ya hemos hecho, pero me refiero específicamente a la necesidad de tener
claridad sobre el presupuesto de recursos, (humanos, económicos, tecnológico)
límites temporales y planificar la exposición del enfoque del conflicto
mediante ayudas visuales por ejemplo si fuera conveniente, información en
gráficas, cuadros, datos estadísticos, etc. y sus soluciones posibles. Recomiendo
utilizar todas las gráficas que consideren útiles para cada caso si la
complejidad del tema en discusión lo requiere.
·
Luego,
respecto a la necesidad de hacer una prevención de problemas posibles, será
importante trabajar, como hemos dicho con más de una alternativa de propuesta
de solución, (recomiendo no menos de tres), analizar las ventajas y
desventajas, costo y beneficio de cada una.
·
Ser flexibles
en el análisis del tipo de acciones a proponer y a acordar. Recordar que las
únicas acciones capaces de resolver una situación problemática son las acciones
correctivas, pues aunque siempre son
costosas e insumen mucho tiempo y recursos, son las únicas que atacan las
causas que originaron el problema.
·
Pero muy
frecuentemente éstas acciones deben ser combinadas con acciones interinas que permiten hacer la
preparación del terreno para que la acción correctiva pueda tener su
oportunidad.
·
Luego es
importante también hacer un análisis de los posibles problemas potenciales, que
significa preguntarnos ¿qué podría salir mal para cada una de las alternativas consideradas?
·
Cuando hemos
logrado la respuesta acerca de lo que podría salir mal, debemos preguntarnos
sobre la probabilidad de que eso indeseable ocurra:
·
La Probabilidad: ¿es Alta, Media o Baja?
·
Y en el caso
que ocurriera, preguntarnos sobre la Gravedad:
¿es Alta, Media o Baja?
·
Lógicamente
que si para la alternativa 1 me da una probabilidad de que ocurra lo no deseado
Alta y la Gravedad también Alta, debo pasar a considerar la
alternativa 2 y así sucesivamente hasta encontrar la mejor combinación, que
sería Probabilidad Baja y Gravedad Baja.
·
En función de
este análisis previo podré decidir mejor acerca de la propuesta que presentaré
a discusión.
·
Del mismo
modo, contando con este esquema como telón de fondo en la discusión, someteré
al mismo análisis cada una de las propuestas que se me formulen.
4.- Tener muy presente los límites dentro de los cuales nos podemos mover,
como también, todo aquello que está fuera de nuestro alcance decidir.
·
Las personas
proactivas en general tienden a asumir más responsabilidades de las que deben o
pueden y esto se convierte en una fuente de ansiedad y stress en muchos casos.
·
Esa misma
ansiedad es la que promueve un desplazamiento del área emocional sobre la
intelectual, como lo hemos visto en una publicación anterior, restándole
rendimiento a esta última. Esta pérdida de lucidez atenta contra la claridad
acerca de los límites dentro de los que se debe y puede mover en la discusión
para la búsqueda de acuerdo.
·
No existe una
técnica que pueda funcionar como antídoto para esta dinámica. Pero lo que sí
podemos y debemos hacer es un análisis previo de las circunstancias que marcan
los límites dentro de los cuales podremos movernos.
·
Tener en claro
de antemano el límite de hasta dónde puedo moverme, pues para ello tengo
atribuciones para decidir.
·
Y por otro
lado, cuales son los límites que me muestran sobre lo que no podré actuar, aún
cuando yo me sienta muy esclarecido acerca de lo que se debería hacer.
·
La mejor
recomendación es dedicar un tiempo para hacer este análisis en forma previa a
la discusión, en el marco de las actividades de preparación de uno mismo para
el abordaje del conflicto.
Continuaremos en la próxima publicación con más recomendaciones.
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