miércoles, 10 de mayo de 2017

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Publicaciones Semanales Breves    28     -    06 05 2017
El escepticismo como enfermedad

En los primeros artículos de esta serie tocamos el tema de la percepción y dijimos que "todo se inicia con la percepción".
Si percibimos algo como problema, podremos ocuparnos de resolverlo y si no lo percibimos, puede ocurrir que nos acostumbremos a convivir con el problema, acomodándonos a las incomodidades que nos causa y/o tornándonos dependientes del mismo.
También podemos emplear uno de los mecanismos defensivos más primitivos que es la Negación, con lo cual, nos decimos y decretamos que aquí no hay ningún problema.
Con esto no habremos resuelto nada, simplemente será un intento de bajar los niveles de ansiedad y para ello y por un rato puede funcionar, pero si no hemos percibido y reconocido la existencia del problema, el problema quedará ahí.
El fenómeno de la percepción es muy interesante. Les invito a pensar, por ejemplo, que el OPTIMISMO y el PESIMISMO son dos trastornos en la percepción.
El OPTIMISTA es aquel que tiene más facilidad para ver el lado bueno, positivo, lindo, de las cosas y ocasionalmente se va dando la cabeza contra las paredes, pues en algún momento se manifestarán algunos aspectos que habían quedado ocultos.
Ocultos no porque necesariamente haya habido un intento consciente y voluntario de ocultarlos, aunque es cierto que algunas veces esto ocurre; pero no es esto a lo que nos estamos refiriendo en este momento. Simplemente comprendamos que esto puede ocurrir.
Todos hemos pasado por ejemplo, por momentos en los que nos hemos sentido divinamente bien, por ejemplo en  el período de enamoramiento, al inicio de de una relación afectiva; todo está muy bien, ella o él es una persona hermosa, divina, sensible, afectiva, inteligente, amorosa, amable, etcsss. y luego de un tiempito de relación, suelen ir apareciendo a la vista una suerte de  "pequeños defectitos" del otro.
¿Qué es lo que ocurre entonces?, que en el campo perceptivo comienzan a asomar aquellas cualidades que habían quedado debajo de puntos ciegos, y es bueno que eso suceda, pues se amplía la percepción y se obtiene una visión más realista.
A partir de ese momento se da la oportunidad de elegirse y reelegirse desde una posición de mayor madurez, de aceptarse mutuamente a partir de esa percepción más realista.
Y no necesariamente se pierde la pasión o se entra en la rutina, etc., temores que suelen estar presentes en ese período.
Como hemos dicho, también debemos hacer una mención al PESIMISMO, como fenómeno  similar al optimismo pero opuesto en cuanto a los efectos.
Así como el OPTIMISTA se va dando con la cabeza contra la pared por su visión sesgada, pensando que lo va a poder todo, no pudiendo ver las limitaciones ni los riesgos, el PESIMISTA se auto condena a arrastrar su humanidad por la vida, sintiendo que no puede, que no va a poder y entristeciéndose por esta forma de mirar la vida.
¿Cómo se superan el OPTIMISMO y el PESIMISMO?, pues con el REALISMO, que significa ampliar la visión, con la idea de lograr una percepción más amplia y completa, aportando lo que en cada caso no se percibe.
Si hemos ido desarrollando una visión negativa, que tiende a ubicarnos en el extremo del "No se puede" (del artículo anterior), debemos estar atentos que ello nos puede llevar a un estado de ESCEPTICISMO, que por las limitaciones que nos produce, se irá convirtiendo en una suerte de enfermedad invalidante, que nos sumirá en la impotencia.
Si comienzo a pensar que algo no tiene solución y luego desarrollo la convicción de que no hay tal solución, no me queda más remedio que caer en la impotencia para hallar respuestas y encontrar salidas o soluciones.
Si percibimos entonces que estamos en riesgo de que algo de esto nos ocurra, es recomendable buscar la ayuda que nos permita superar ese estado de ESCEPTICISMO, para poder recuperar la espontaneidad, el humor, la sensibilidad, la inteligencia, la creatividad, que no es otra cosa que acrecentar nuestra salud y bienestar, y colocarnos en mejor situación para hallar soluciones.
Todos padecemos en alguna medida de esta "enfermedad", del ESCEPTICISMO, que en cada caso queda circunscripta a algún área de nuestra vida. Lo importante es estar muy atentos para observar que no se extienda a otras áreas, pues si esto ocurriera, el síntoma visible, que es el estado de impotencia para hallar soluciones, se acrecentará.
En la vida adulta no hay ya nada que sea gratis; todos pagamos en alguna moneda lo que queremos lograr y siempre ocurre que lo más barato es lo que pagamos con dinero y lo más caro lo que pagamos en moneda Salud. Cuidémonos entonces.

¡Estemos atentos!

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