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Publicaciones Semanales Breves 49 - 23 11 2017
Otra "Vuelta de tuerca" (continuación)
Desde niños hemos ido escuchando a nuestros mayores, especialmente
padre, madre y personas que han sido referentes importantes en nuestras vidas,
en sus apreciaciones sobre diversas cuestiones que resultaban de nuestro
interés.
Su singular modo de percibir y conceptualizar ciertos fenómenos de
la vida, se han ido manifestando en
forma de opiniones y puntos de vista que fueron acuñando un molde, una matriz,
que tuvo su importancia en la formación de nuestras ideas, nuestras creencias y
convicciones.
Algo de esto ha tenido su influencia en el modo en que hemos ido
configurando nuestro proceso perceptivo, con sus particulares filtros que nos han
llevado a poner en foco ciertos aspectos de lo que percibimos y dejar de lado
otros.
Pero como las diferentes personas hemos estado expuestas a
diversos modelos formativos, finalmente nuestros aparato psíquico, nuestro ("window"),
se ha configurado de maneras diferentes, lo que explica, en parte, la
singularidad que nos caracteriza a la vez que nos diferencia a los unos y los
otros.
Podríamos pensar entonces que "estamos fritos", que no
podremos cambiar; como que estas experiencias han dejado en cada uno estigmas
que no se pueden modificar y de este modo, estaríamos condenados al no cambio.
Si se tratara de aspectos que nos generan malestar, esta
concepción de la condena al no cambio nos estaría instalando en estados de
sufrimiento de los cuales no podríamos salir.
Afortunadamente las personas tenemos la posibilidad de crecer y
desarrollarnos, de modo que nos podremos ir despegando de ciertas afirmaciones
escuchadas pretéritamente, que funcionaron como una suerte de dogmas y nos
limitaron en nuestra capacidad de desarrollar nuestra visión, nuestra
inteligencia e ir creando nuestra propia cosmovisión, lo que nos permitirá
autoafirmarnos como personas autónomas.
Estoy intentando mostrar un camino que si lo transitamos, nos
llevará a alcanzar niveles de madurez que nos permitan asumir de un modo
creciente cuotas de autonomía, gracias a lo cual ganaremos protagonismo en la
conducción de nuestra vida.
En ocasiones este despegarse de lo recibido para poder afirmarse
en lo propio se desarrolla autónomamente, como producto de un proceso de
evolución personal y si ello no ocurriera, en algún momento, inevitablemente
dará cuenta de malestar, insatisfacción, con sus consecuentes síntomas y estados
de ánimo.
Pues estar asentado en lo propio, en las propias convicciones,
producto de una manera única y personal de mirar la vida y el mundo, siempre
nos llevará a desarrollar nuestro talento y acrecentar nuestro buen humor, que
como hemos dicho en artículos anteriores, no es otra cosa que una de las más
importantes reservas de salud que tenemos las personas.
El no lograrlo es como vivir dentro de un otro, no en uno mismo,
lo cual nunca nos podrá llevar a un estado de bienestar, de satisfacción y de
felicidad.
Estemos atentos entonces para poder percibir tempranamente, si
algo de esto nos ocurre, pues cuanto antes logremos ser acompañados y ayudados
profesionalmente a superar estos estados, nos permitirá ganar salud.
En última instancia, estamos hablando de lo que podemos hacer para
"hacernos la vida más fácil.