A CONTINUACIÓN INAUGURAMOS LAS PUBLICACIONES SEMANALES BREVES.
Invitamos a realizar sus comentarios y consultas a: elarriera@gmail.com
PUBLICACIONES SEMANALES BREVES
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PUBLICACIONES SEMANALES BREVES
1 - 29 07 16
Todas las personas tenemos problemas.
Hace unos días un amigo me contó que conversando con
alguien, éste estaba muy preocupado por un problema que le resultaba terrible y
para el cual no encontraba solución alguna.
Mi amigo, lo escuchó y se interesó por lo que el otro le
estaba contando y no sólo que no lo vio tan terrible, sino que en unos minutos
de charla se le ocurrieron varias alternativas de lo que se podría hacer para
resolverlo.
Lo que nos muestra esta situación es que no se trata sólo del
problema en sí, sino de cómo lo enfrentamos y cómo lo abordamos.
2 -
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SEMANALES BREVES 2
Cuando estamos metidos con todas nuestras tripas en una
situación problemática, nuestra área emocional eclipsa al área intelectual y
nuestra inteligencia pierde efectividad, pues quedamos atrapados en un estado
de ansiedad, o lo que es peor, de angustia.
Cuando compartimos lo que nos ocurre con alguien inteligente
y que se dispone a ayudarnos, por estar emocionalmente menos afectado, dispone
mejor de su caudal intelectual y el eclipse del área emocional sobre la
intelectual es mucho menor o casi inexistente.
Por esta razón es que sostenemos que "el compartir
alivia y permite recuperar o ampliar la capacidad de pensar"...
...Con una salvedad; será importante que quien escojamos
para compartir lo nuestro, posea entre otras cosas, tres cualidades o
características:
·
Que sea una buena persona, es decir que se
interese por ayudarnos,
·
Que tenga lucidez, es decir, capacidad para
observar el problema desde diferentes ángulos,
·
Que posea sentido común, criterio.
¿Qué les parece esta reflexión?
3 -
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SEMANALES BREVES 3
Todo se
inicia con la percepción.
Si percibo
que tengo un problema, me ocuparé de hacer algo para resolverlo, en cambio si
no percibo el problema, no podré hacer algo para resolverlo.
Por
ejemplo, alguien que tiene alguna adicción y no percibe que eso es un problema,
no hará nada para solucionarlo, pues dirá: "no tengo adicción alguna, yo
dejo cuando quiero".
El no
percibir el problema como tal, le impide comprometerse en la búsqueda de una
solución.
Podemos
observar el problema como algo externo a uno, pero para avanzar en la búsqueda
de solución, será importante que podamos percibir el sufrimiento que nos
produce.
En tal
sufrimiento radica el estímulo para hallar soluciones.
Si no hay
registro de sufrimiento, difícilmente nos ocupemos seriamente de resolver el
problema en el que estamos metidos.
Por lo que
es muy importante:
·
Estar
atentos,
·
Para darnos
cuenta de lo que nos daña y
·
Hacernos
cargo de
encontrar solución.
¿Comentarios?
4 -
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SEMANALES BREVES 4 17 08 16
En la publicación anterior hablábamos de la importancia de
desarrollar la actitud de "Estar
Atento", para poder "Darnos
Cuenta" y así, finalmente, "Hacernos
Cargo" de lo que nosotros mismos, y no otro, debemos hacer para
superar la dificultad o problema a resolver.
La
percepción de cambios lentos no es tan rápida ni clara, especialmente cuando
tenemos ciertas resistencias a aceptar lo que no queremos cambiar, por ejemplo, dejar de hacer algo que nos
gusta aunque es dañino, pues que nos guste constituye un filtro que impide ver
y comprender de un modo sistémico las consecuencias indeseables de lo que
estamos haciendo.
Pero algo
que nos puede ayudar a estar atentos, es saber que habitualmente tenemos por lo
menos tres oportunidades para afrontar los cambios.
Las tres
oportunidades que tenemos son las siguientes:
1.
Percibir
los límites de una situación,
2.
Percibir
el dolor y
3.
Percibir
el daño
Si no
percibimos los límites, nuestra segunda oportunidad la tendremos con la
percepción del dolor, y si tampoco cambiamos para erradicar lo que nos afecta y
ya nos duele, tendremos una última oportunidad que llegará ya cuando percibamos
el daño.
Será muy
importante entonces aprovechar las oportunidades primera y segunda para evitar
infringirnos daños, que en algunos casos son irreversibles.
5 -
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SEMANALES BREVES 5 23 08 16
Una
experiencia cruel.
Es
conocida como la experiencia de la "rana hervida". Si ponemos una
rana dentro de un recipiente con agua fría y lo colocamos sobre una hornalla a
fuego lento, la rana nadará y como no percibe el cambio lento de la
temperatura, terminará hervida.
Pero si
dejamos caer a una rana sobre un recipiente con agua hirviendo, ésta al
percibir el fuerte cambio de la temperatura, se salvará pues pateará
inmediatamente y saltará del recipiente.
¿Cuál es
la enseñanza que nos deja esta experiencia?, pues que tal como le pasa a la rana,
nos ocurre a las personas; pues no tenemos facilidad para percibir los cambios
lentos.
El elevado
nivel del colesterol en sangre no nos duele, las alteraciones que se producen
en el aparato cardiovascular por el tabaquismo, tampoco; la lenta evolución de
ciertas patologías en las relaciones vinculares, las consecuencias por el
maltrato, por ejemplo en la violencia de género, son alteraciones que se van
produciendo lentamente, algunas veces con un aviso de dolor y otras
directamente cuando ya se ha producido el daño; recién ahí, en el mejor de los
casos, percibimos el cambio y tomamos medidas reparadoras.
Cuanto más
tempranamente percibamos lo que nos está ocurriendo, estaremos en mejores
condiciones de tomar medidas preventivas, que siempre son más eficaces,
saludable y económicas que las reparadoras.
Cuando
todo lo dicho está claro y no logramos ponernos en marcha para modificar la
situación, ese es el momento indicado para procurarnos una ayuda profesional,
pues el tema que comenzó con una manifestación biológica, ahora ya tiene un
compromiso emocional y es necesario abordarlo para resolverlo.
Invito a
visitar este link: https://eltrasterodepalacio.wordpress.com/2012/04/12/el-lenguaje-simbolico-la-metafora-de-la-rana-hervida/
6 -
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SEMANALES BREVES 6 30 08 16
"El
cuerpo siempre avisa y nunca miente".
Cuando nos
encontramos instalados en alguna situación que es tensionante, que nos produce
sufrimiento, que nos daña de alguna manera, es muy frecuente que comiencen a
manifestarse síntomas aislados.
Si no
podemos vincular a dichos síntomas con la fuente de tensión, trataremos de
atacar ingenuamente el síntoma; por ejemplo si el síntoma es un dolor de
cabeza, trataremos de calmar el dolor con un analgésico; si se trata de
insomnio, con algún inductor del sueño, si es acidez estomacal, con Mylanta o
algo similar que lleve el PH en el estómago próximo a 7.
Es como si
las personas tuviésemos un fusible que está colocado en alguna parte del cuerpo
y cuando hay una sobrecarga, el fusible salta y aparece el síntoma.
Cuando el
cuerpo es joven, aguanta y aguanta casi cualquier cosa, pero con el paso de los
años, lo que comenzó siendo una manifestación sintomática aislada, puede ir
estructurando una enfermedad y será más difícil y trabajoso remediarla.
Por este
motivo será importante estar muy atentos a este tipo de manifestaciones en su
inicio para poder profundizar en la indagación de las posibles causas y hacer
un tratamiento global, que no deje afuera la dimensión emocional en la génesis
del síntoma.
7 -
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SEMANALES BREVES 7 05 09 16
¿Por qué
hay experiencias terapéuticas que dan buenos resultados y otras no?
Si un
grupo familiar toca el timbre en mi consultorio y al abrir la puerta, empujan a
uno de sus miembros hacia adentro diciendo "A ver si usted lo puede
arreglar a éste, porque nosotros ya no lo bancamos más", y se van
rápidamente.
¿Qué puedo
hacer yo como terapeuta para ayudar?
Supongamos
que lo hago pasar, lo invito a tomar asiento y le pregunto ¿qué le está
pasando, en qué lo puedo ayudar?
Seguramente
me dirá que "en nada, yo estoy bien, los locos son todos ellos que me han
traído a la fuerza inútilmente". "Yo estoy muy bien, ellos son una
manga de locos que me hacen la vida imposible".
Si ésta
fuera la respuesta, es muy probable que resulte difícil que esta persona se
instale como "paciente", para poder ver "pacientemente" qué
le acontece en su mundo interno, pues es ésta la condición necesaria para que
una terapia tenga posibilidad de éxito.
Si en
cambio piensa que lo que está mal es el mundo que lo rodea y él está bien, no
hay por dónde comenzar a trabajar terapéuticamente, aún cuando las cosas no
estén muy bien en nuestro entorno.
La
condición básica para que un tratamiento psicológico sea efectivo está en lo
que llamamos "Conciencia de Sufrimiento". Si no percibo el malestar,
si no percibo el dolor, no recurriré a tratamiento alguno.
Si tenemos
en cambio un fuerte dolor de muela, vamos rápidamente al dentista, pero nuestra
percepción del sufrimiento emocional tiene otros tiempos de respuesta.
Suele ser
de ayuda contar con testimonios de personas de nuestra confianza que sí han
tenido buenas experiencias terapéuticas.
8 -
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SEMANALES BREVES 8 12 09 16
¿Qué
podemos hacer para ayudar a alguien que ha tenido una mala experiencia
terapéutica?,
suponiendo
que alguien haya ido a un psicólogo....lo tuvo no sé cuánto tiempo....y no ha
tenido resultados positivos....
sabemos que
puede ser el resultado de dos cosas
o que haya
tenido un terapeuta que no ha sido el adecuado
o que haya
tenido una RESISTENCIA a ver su mundo interno y no pudo modificar ciertas cuestiones
pero sería
importante para gente que esté escéptica por una mala experiencia.....y quiera
RETOMAR con otro terapeuta.
9 -
PUBLICACIONES SEMANALES BREVES 9 29 09 16
PUBLICACIONES SEMANALES BREVES 9 29 09 16
Entre los condicionantes del proceso
terapéutico y también del coaching, hay uno que merece un lugar destacado. Es
el que está dado por la calidad del proceso de interacción entre consultante y
terapeuta.
En nuestras relaciones puede haber
simpatía, antipatía o empatía.
Es necesario que el vínculo sea
empático, que el consultante experimente una clara sensación de comodidad, que
pueda sentirse con toda la libertad de hablar de lo que desee, sin inhibición,
sin vergüenza, sin censura.
Ello es algo que si ocurriera se
daría en forma natural y en este caso se desplegará.
Por el contrario, si esta condición
no se diera, la relación terapéutica no tendrá futuro.
Quizás, de todos los condicionantes,
éste sea el más importante para que una psicoterapia o un proceso de coaching
sea efectivo.
10 -
Publicaciones Semanales Breves 10 05 10 2016
Cuestiones a tener en cuenta a la
hora de elegir terapeuta. (Continuación)
Si una persona
que sufre por algún motivo, un día decide hacer una psicoterapia, dicha
psicoterapia debe servirle para descubrir sus propias verdades y en
consecuencia, vivir mejor.
Y si esta
condición básica, que es lo que le da sentido al esfuerzo realizado no se
cumple, dicha psicoterapia no servirá para nada.
Por no
respetar estas condiciones básicas, de sentido común, es que nació la
“industria de la psicoterapia”, que dio lugar a la proliferación de múltiples
prácticas, que con frecuencia no permiten observar una buena relación entre el
esfuerzo realizado y una mejor calidad de vida del paciente.
Hoy en día el
marketing se ocupa de que tomemos determinadas afirmaciones como válidas, y si
no estamos mínimamente atentos, corremos el riesgo de comenzar a creer en todo
lo que se nos dice, de un modo casi automático y sin pasarlo por el filtro de
nuestro propio conocimiento y experiencia.
Me refiero a
la importancia de emplear nuestra propia capacidad para examinar lo que se nos
propone y decidir de acuerdo a nuestro propio criterio.
Les invito
entonces a estar atentos para que se cumplan las tres condiciones, ya
mencionadas en un artículo anterior, a la hora de escoger terapeuta:
1 - Que me
sienta cómodo y libre de expresar lo que sea en la sesión;
2 - Que el terapeuta
esté centrado en mí y yo pueda percibir que está escuchándome y comprendiendo
lo que me ocurre y finalmente,
3 - Que desde la primera sesión yo pueda
llevarme algo con lo que trabajar internamente que me resulte esclarecedor y
útil.
11 -
Publicaciones Semanales Breves 11 17 10 2016
Por qué decimos que las cosas han evolucionado,
refiriéndonos al campo de las psicoterapias o procesos de ayuda en la necesidad
de superar el sufrimiento humano?.
A lo largo de los últimos cien años han aparecido muchas
escuelas de pensamiento y acción, que han culminado en la creación de diversas
prácticas de la Psicoterapia, y más recientemente el coaching.
Muchas de estas diversas maneras de concebir el hecho humano,
de pensarlo y de actuar en forma concreta con los consultantes para ayudarles,
han producido notorias mejoras en el proceso terapéutico en sí tanto como en
los resultados, que es, en última instancia, lo más importante.
Nos hemos referido anteriormente a la importancia de la
calidad del proceso de interacción entre consultante y terapeuta, que como
consecuencia de ello traerá la calidad del proceso terapéutico, que determinará
en gran medida la calidad de los resultados y también
Una cuestión básica de gran valor que quiero mencionar, es
la importancia de que el terapeuta se involucre como persona en el proceso.
No se trata de que le cuente su problemática personal al
paciente, simplemente que no se oculte detrás de la “máscara” de la supuesta
neutralidad, e instrumente con profesionalidad, toda la información que surge
de la resonancia que pueda tener en él mismo el relato de su paciente.
Ello humaniza la relación entre paciente y terapeuta y
facilita el trabajo de buceo interior por parte del primero, al experimentar
una mayor proximidad humana con el profesional que está abocado a la tarea de
ayudarle.
12 -
Publicaciones Semanales Breves 12 26 10 2016
Publicaciones Semanales Breves 12 26 10 2016
Los límites en los
procesos terapéuticos.
Ya nos hemos referido en una publicación anterior a lo que
sí se puede hacer y a lo que no se puede hacer cuando una persona manifiesta su
rotundo rechazo a la posibilidad de encarar una psicoterapia.
Y debemos saber que hay aspectos que sí se pueden cambiar y
que hay otros que no se pueden cambiar.
Una colega mía dice que "las personas no cambian"
y yo estoy de acuerdo con ella en que hay estructuras en la constitución de la
personalidad que no cambian.
Si una persona es por ejemplo un H de P..., que aunque
suene poco profesional, lo defino así para ser más claro, .eso no se cambia, lo más probable es que siga siéndolo a
lo largo de su vida.
Cuando cambiamos?, cuando percibimos los límites de una
situación que nos afecta, o el dolor o el daño que nos produce, y si esta
condición no se da, no hay cambio.
Pero con el avance de una enfermedad por ejemplo, lo que se
puede haber manifestado al comienzo como una negativa a realizar una terapia,
eso sí puede cambiar, pues la conciencia que se va despertando a partir del
dolor y/o el daño promueve ese cambio interno que puede llevar a la decisión de
iniciar una psicoterapia.
Estamos diciendo entonces algo acerca de aquello en lo que muy
difícilmente podamos cambiar y en lo que sí podremos.
Vale la pena tener en claro estas diferencias para que nos
sean útiles en nuestros procesos reflexivos.
13
Publicaciones Semanales Breves 13 06 11 2016
Publicaciones Semanales Breves 13 06 11 2016
Dificultades
y alcances de los procesos terapéuticos.
Hay personas que no logran hacerse
tiempo para atenderse a sí mismas, de un mismo modo en que sí lo harían en el
caso de padecer de un dolor de muelas.
En este caso van inmediatamente al
dentista. Y si no lo hacen inmediatamente, lo harán en cuanto los analgésicos
hayan perdido efecto.
Con el sufrimiento “del alma” y su
tratamiento en cambio, se lo deja estar en general por mucho más tiempo que a
un dolor de muelas, incluso, a veces a lo largo de toda la vida, sin tomar en
consideración en muchos casos, las consecuencias nocivas que tiene también para
quienes le rodean.
El núcleo más importante es la familia
y especialmente la descendencia, que hará inevitablemente un aprendizaje de lo
que ve en sus progenitores: cómo resuelven ellos los problemas, cómo se los ve
en el día a día, si alegres, de buen humor, felices, o tristes, preocupados,
tensos, etc., observarán también cómo ellos resuelven las situaciones de
desacuerdos, los conflictos, si lo hacen con respeto, ternura, buenos modales,
o si en cambio hay gritos, malos modos, agresiones, etc.
Todo ello jugará un papel primordial
en la formación de la personalidad de los niños. Es por ello que en todo
tratamiento terapéutico, es responsabilidad del terapeuta ayudar al paciente en
su evolución, observando siempre también las posibles consecuencias que su
padecimiento, y su particular forma de convivir con su sufrimiento, tendrá en
los miembros más vulnerables del grupo familiar, que son siempre los niños.
14
Publicaciones Semanales Breves 14 25 11 2016
Publicaciones Semanales Breves 14 25 11 2016
La llamada "mala
suerte"
Un amigo de un amigo siempre se queja de la mala suerte que
ha tenido a la hora de caer bajo la supervisión de algún nuevo jefe.
Es como si el motivo de esa reiteración fuera la mala suerte
a la hora del reparto de los jefes y él piensa que a él siempre le tocan los
peores jefes por ese motivo.
Mala suerte es lo que nos puede ocurrir si al ir caminando
por una vereda, desde un balcón nos cae una maceta en la cabeza. No es lógico
caminar mirando hacia arriba por si llueven macetas; en esta situación
podríamos pensar en la mala suerte.
Pero en el caso de la repetición de una situación
problemática como la de los malos jefes, más bien parece que tuviera que ver
con alguna dificultad para el relacionamiento con la autoridad.
Y ¿por qué repetimos situaciones?, pues porque, entre otras
cosas, nuestra inteligencia inconsciente nos lleva a buscar oportunidades de
aprendizaje en esa repetición para resolver el conflicto interno y logrado
ello, dejar de repetir.
Estamos hablando de una de las situaciones habituales que
nos afectan la salud y que pueden dar sentido a la decisión de instalarse en un
proceso terapéutico.
15 -
Publicaciones Semanales Breves 15 13 12 2016
Publicaciones Semanales Breves 15 13 12 2016
El precio de vivir a
"contrapelo" del deseo
Hay que trabajar mucho tiempo a contrapelo del deseo para
poder ayudar a que se instale una enfermedad grave en nuestro cuerpo.
Si logramos mantener protagonismo en nuestras vidas
respetándonos lo que sentimos, lo que pensamos y lo que deseamos hacer, ese es
el mejor antídoto para cualquier posible enfermedad.
He tenido oportunidad de asistir a personas que durante una
parte importante del tiempo lograron mantener un gran protagonismo en sus
vidas, es decir, que pudieron llevar a cabo gran parte de sus deseos,
disfrutando de cada una de sus decisiones y actividades en cada momento de su
vida.
Pudieron hacer lo que quisieron en cada momento; por
ejemplo, iniciar una carrera universitaria, desarrollar una actividad laboral
exitosamente, porque sentían el sabor de la satisfacción por los logros; o
dejar la carrera universitaria al descubrir que eso en realidad no era lo que
les satisfacía, pues no les llevaba a crecer en el camino que se habían
imaginado; o trasladarse de un país a otro al sentir que se había cumplido un
ciclo y hacer allí todo lo necesario para poder instalarse en el nuevo destino,
para luego ir haciéndose lugar para atender a lo que iba apareciendo como
objeto de deseo en esa nueva geografía y hacer lo que quería con pasión, y
disfrutar en plenitud el ejercer profesionalmente, viajar por aquellos lugares
que estaban llenos de sentido, etc, etc, etc.
El problema comienza cuando comenzamos a "negociar"
internamente con nosotros mismos sobre lo que queremos y deseamos por un lado y
lo que nos autoimponemos o nos negamos por el otro; esa indeseable negociación
terminará cobrándonos muy caro la renuncia al deseo, y la pagaremos en la
moneda más cara que existe que es LA SALUD.
16 -
Publicaciones Semanales Breves 16 20 12 2016
Publicaciones Semanales Breves 16 20 12 2016
El precio de vivir a
"contrapelo" del deseo
(Continuación)
No resulta fácil pensar en los procesos inconcientes.
Si decimos que el deseo es algo que surge de nuestra
dimensión inconciente, no es fácil de aceptar, pues creemos que somos
concientes de nuestros deseos.
Pero si escuchamos a alguien que le dice a otra persona:
"tienes que desear tal cosa", "debes querer tal cosa", como
un imperativo, o "debes amar a tal persona", nos daremos cuenta que tal
imperativo no resultará efectivo para que la otra persona comience a desear, a
querer o a amar.
Es evidente que una persona desea o no desea, quiere o no
quiere, ama o no ama, y sobre eso nada se puede hacer para que el afecto
aparezca.
La manifestación del afecto tiene sus orígenes en el nivel
inconciente de nuestro ser.
Lo que ocurre es que los deseos o la falta de ellos, suele
incomodar a personas del entorno inmediato y puede resultar difícil de tolerar
estar al lado de alguien que no desea lo que a mí me gustaría que desee, o lo
que es peor, darme cuenta de que no me quiere, no me desea, no me ama.
Y por más que algún terapeuta, que los hay, le diga a su
paciente que le acaba de confesar que no ama más a su mujer, por ejemplo, por
más que le diga "ámela", tal como está planteado en uno de los libros
de "Los Siete Hábitos para ser un (Líder, Esposo, etc.) Eficaz". por
más que se lo diga y se lo repita más de una vez, no conseguirá que ese afecto
aparezca.
Esto está en la médula de una gran parte de los conflictos
interpersonales, pues no se tolera que el deseo del otro no esté en la línea de
lo que yo quiero y se realizan enormes esfuerzos para intentar que el otro
desee lo que yo quiero que desee.
Entonces con frecuencia ocurre que la persona que manifiesta
su no deseo o su deseo no alineado con las expectativas del otro, comience una
suerte de negociación interna con la intención de "calmar las aguas",
preservar un espacio "sin conflicto", sin darse cuenta que para
evitar el conflicto con el otro, (conflicto externo), termina instalando el
conflicto dentro de sí mismo (conflicto interno), perdiendo de vista su propio
deseo o renunciando a él.
Tal como hemos dicho en el artículo anterior, el costo será
alto y se pagará en la moneda más cara, que es la propia salud.
Que tengan unas buenas y disfrutables fiestas!.
17 -
Publicaciones Semanales Breves 17
10 01 2017
El precio de vivir a
"contrapelo" del deseo (2º
Continuación)
Por lo dicho, se desprende que somos nuestros propios
deseos, es decir, nuestros deseos expresan lo que queremos y no es algo que podamos
modificar, pues dejaríamos de ser nosotros mismos.
Pero por lo planteado en nuestro artículo anterior, el
problema no se agota en el reconocimiento del deseo, pues con frecuencia se nos
plantean dudas respecto a qué hacer, qué no hacer, cómo y cuándo hacerlo, etc.
Nuestras acciones surgen de nuestros deseos, que es la
dimensión del sentir.
Aparecen los anhelos primero que los manifestamos en un
tiempo potencial: "como me gustaría hacer tal cosa...", y podremos
pasar un tiempo prolongado diciéndonos a nosotros mismos eso, sin que nada
ocurra. Cuando haya pasado ya el momento, cambiaremos el tiempo verbal y en vez
de decir "como me gustaría hacer tal cosa...", diremos, "me
hubiera gustado...", pero ya habrá pasado el momento o la oportunidad para
llevarlo a cabo.
Afortunadamente, en algún momento, puede ocurrirnos, ya sea
leyendo un libro, o conversando con alguien, o frente a alguna escena de una
película u obra de teatro, o simplemente en la ducha, que nos decimos: esto que
me vengo escuchando hace ya bastante tiempo en términos de
"quisiera...", en este momento me doy cuenta que no es más quisiera,
ahora es "quiero, lo quiero de verdad", y es ese el momento en que se
habilita la capacidad de Pensar; de pensar qué hacer y cómo hacer
Al pensar en cómo llevarlo a cabo, el deseo toma forma de
objetivo y comienza una labor de tipo racional, en la que iremos definiendo qué
y cómo debo hacer para lograr ese objetivo, que no es otra cosa que, satisfacer
nuestro deseo, que ahora hemos definido en términos pensables.
Con esto habremos avanzado un paso más, pero nos quedan
algunas cosas por resolver para poder pasar a la acción.
Continuaremos desde aquí en el próximo artículo.
18 -
Publicaciones Semanales Breves 18 02 02 2017
Publicaciones Semanales Breves 18 02 02 2017
El precio de vivir a
"contrapelo" del deseo (3º
Continuación)
Qué tenemos hasta ahora?
Nuestros anhelos nos facilitaron el acceso a nuestros
deseos.
Con el deseo ya instalado pero insatisfecho aún, nos pusimos
a pensar acerca de qué es lo que realmente queremos hacer para satisfacer aquel
deseo con que se inicia este proceso, pues no olvidemos que el deseo es el
motor, es la pulsión que nos pone en marcha.
Por otro lado, pensar, no es otra cosa que crear
alternativas, usar nuestro conocimiento, nuestra experiencia, nuestra creatividad para avanzar en el
Proyecto Posible que marca lo que es necesario hacer para pasar a la acción.
Resulta que hemos invertido bastante tiempo en la
elaboración del Proyecto, pero aún no hemos hecho concretamente nada, es decir
que hemos dedicado tiempo para definir lo que haremos.
Qué viene luego?, pasar a la acción.
Pasar a la acción puede estar fuertemente estimulado por una
necesidad de Huir De... determinada situación.
Estemos advertidos que ello puede ser una acción de riesgo
si como en este caso, no está respaldada por un proyecto; estaría claro de qué
situación queremos salir pero no está claro todavía hacia donde queremos ir.
El Proyecto Posible es el que sí nos ayudará a visualizar el
camino hacia el objetivo que nos hemos planteado, es el que nos permitirá tomar
acciones para Ir Hacia...; ir hacia no es otra cosa que acortar distancia con
el objetivo, que es lo que nos permitirá satisfacer el Deseo.
Por lo dicho es tan importante trabajar en la definición de
las acciones que tendremos que hacer para poder Ir Hacia lo que realmente
deseamos y evitar que, determinadas situaciones que nos producen ansiedad o un
gran malestar, nos lleven a tomar acciones impulsivas que nos pongan en riesgo
y nos alejen de la posibilidad de satisfacer nuestro deseo.
Nos queda algo más por ver que lo trataremos en la próxima
publicación.
19
Publicaciones Semanales Breves 19 11 02 2017
Publicaciones Semanales Breves 19 11 02 2017
El precio de vivir a
"contrapelo" del deseo (4º
Continuación)
Como hemos visto, de nuestros anhelos afloraron los deseos y
al pensar qué haremos y cómo para
satisfacerlos, nos dimos cuenta que habría algunas metas por las que deberíamos
transitar, estudiar caminos alternativos, considerar qué podría salir mal para
cada alternativa y elegir entonces la mejor, estimar nuestros recursos, tiempos,
etc.
Finalmente habremos logrado la formulación de un plan o
proyecto, en el que estará contenido con suficiente detalle lo que haremos para
asegurarnos que no estamos "huyendo de...", sino "yendo
hacia..." el Objetivo, que no es otra cosa que lo que nos permitirá
satisfacer nuestro deseo, que es lo que nos llevó a ponernos en marcha.
En este punto, suele ocurrir que nos sorprendan algunas
dudas; por ejemplo: estará bien que yo quiera esto?, estará mal?; podré
hacerlo?, no podré?; me lo merezco?, no me lo merezco?, etc.
Superar estas dudas requiere primero, un reconocimiento de
las mismas, para poder luego, en un proceso de autoafirmación, producto de un
reconocimiento de las propias capacidades, decirse a uno mismo: "Yo podré
hacerlo", "Está bien que lo desee", "Me lo merezco",
etc. .
Finalmente , trabajar en la legitimación del deseo, para
poder decirse a uno mismo "me lo merezco" quizás sea lo más
importante.
Lo más fácil de hacer en todo este proceso es el pensar;
pensar qué hacer y cómo hacerlo, pues si uno se da cuenta de que hay cosas que
no sabe cómo resolver puede pedirle a alguien que sí sepa, se trata de pedirla
a algún amigo o contratar al especialista para resolver el qué y el cómo.
Lo que no podemos pedir prestado a nadie ni contratar es el
Deseo y las Convicciones.
Como hemos dicho, el deseo es el motor que nos pone en
marcha y las convicciones son como el semáforo que nos habilita para avanzar.
Entre el Deseo y las Creencias es donde se "cocina el
estofado" y si no logramos pasar a la acción, una vez que hemos
clarificado el Qué hacer y el Cómo hacerlo, será bueno transitar por un breve
período de asistencia profesional para ser ayudado y destrabar la formulación
del deseo y legitimarlo para satisfacerlo.
20
Publicaciones Semanales Breves 20 11 02 2017
Publicaciones Semanales Breves 20 11 02 2017
El precio de vivir a "contrapelo" del deseo - Cuadro síntesis
21 -
Publicaciones Semanales Breves 21 07 03 2017
La Queja como síntoma
Hemos comenzado tratando el importante tema de la percepción y
dijimos que todo se inicia con la percepción, pues si hay algo que no
percibimos como problema, sobre ello no podremos hacer nada. Hoy invitamos a
ampliar la visión sobre el grado en que se manifiestan nuestras quejas.
También hemos hablado sobre el Deseo y afirmamos que surge de
nuestro inconciente, aún cuando nos resulte difícil de comprender y aceptar
esto, pues siempre hemos pensado que somos totalmente concientes de lo que
deseamos.
En otro artículo también hemos dicho que la psicoterapia debe ayudar a descubrir las
propias verdades para poder vivir mejor, lo cual significa: ser y estar
alineados con lo que verdaderamente deseamos.
¿Qué nos ocurre cuando no logramos
dar satisfacción a nuestros deseos?
Hace aparición la Queja y la queja
en sí misma es un indicador de nuestras propias dificultades para hacer de un
modo autónomo lo que genuinamente necesitamos hacer para sentirnos bien.
Quien se queja muestra, sin quererlo,
carencias en su capacidad de hacer, es decir, de llevar a cabo lo que desea o
lo que necesita para alcanzar su satisfacción.
Si una persona logra que las cosas
ocurran en el sentido deseado, no hay lugar para la queja. En cambio si alguien
se queja es porque no lo está logrando y es por ello que se queja. Queremos
decir que hay aspectos vinculados a su sí mismo que no son percibidos.
Si esa persona no es ayudada a
identificar esta traba interna seguirá pensando que lo no logrado es solamente "por
culpa" de los otros, de la incompetencia o mala actitud de personas que le
rodean, (esposa/o, madre, padre, hijos, amigos, jefe, etc.) y nada cambiará
hasta que pueda reconocer sus propios aspectos personales en juego.
¿Qué necesita entonces esa persona?
Necesita recuperar el protagonismo en
su vida, para lo cual le será útil ser ayudado a comprender mejor su respuesta
a sus circunstancias, para que ello pueda dar lugar a un proceso de reflexión que
le facilite el logro de un estado emocional de mayor calma, para poder verse a
sí misma y comprender su interacción con lo que
ocurre en su entorno, pudiendo entonces crear nuevas formas de afrontar
su sufrimiento para resolverlo o, lo que no es poco, minimizarlo.
Será necesario entonces que el
terapeuta pueda ayudar al paciente a que éste realice este camino, pues si no
ese tratamiento estará condenado al fracaso, porque el proceso descripto no
podrá tener lugar.
22 -
Publicaciones Semanales Breves 22 15 03 2017
La Queja como síntoma - Continuación
La queja aparece cuando no podemos
satisfacer nuestros deseos y nos muestra cierto estado de impotencia para
resolver la situación.
Todas las personas nos quejamos
siempre por algo. Podríamos decir que motivos no nos faltan, la vida nos
presenta dificultades que debemos afrontar y resolver y cuando no logramos
encontrar una respuesta adecuada, se activa un mecanismo interno que se
manifiesta con una queja.
¿Qué es lo que nos ocurre
internamente?
Imaginemos que representáramos en
un disco la inteligencia que poseemos y en otro disco de las mismas dimensiones
el área emocional.
Cuando nuestro estado emocional se
ve alterado, con un enojo, una frustración, una pena; cuando estamos ansiosos o
angustiados, podemos observar que el disco emocional se desplaza sobre el
intelectual, eclipsándolo, de tal manera que no disponemos de todo el caudal
intelectual que potencialmente poseemos.
Y si este mecanismo se hace
habitual, el problema, lejos de mejorar se irá acrecentando.
Queremos advertir que el riesgo
mayor está en que este mecanismo se haga crónico y como siempre ocurre, lo que
se cronifica produce un daño mayor y resulta más difícil de reparar.
Como todo en la vida, siempre que
trabajemos en la prevención será más beneficioso que trabajar en la posterior reparación.
Si se cronifica la queja, puede
derivar en un estado muy perjudicial que es el escepticismo.
El escepticismo es como una enfermedad
que nos sume en la impotencia, pues a medida que nos tornamos escépticos
comenzamos a perder vitalidad, es decir que de un modo creciente se va
instalando en nosotros la idea de que "no se puede", aunque en realidad
es "yo no puedo", por lo que la puerta a la queja se abre de par en
par.
El escepticismo es como una
enfermedad que nos va dejando cada vez más impotentes para encontrar
alternativas de solución.
Como para esto no hay pastillas ni
vacunas, recomiendo que estemos muy atentos a la manifestación de estos estados
de ánimo y de estos procesos que son terriblemente dañinos, pues nos hacen
perder energía y protagonismo en nuestra vida, lo cual es un hermoso caldo de
cultivo para la instalación, por ejemplo, de estados depresivos, entre otras
manifestaciones de pérdida de salud.
Tengamos presente entonces que la
aparición de la queja es un síntoma que nos anuncia la posibilidad de males
mayores.
Por lo dicho, invito a que estemos
atentos y ante la primera manifestación de un estado quejoso en aumento,
busquemos ayuda terapéutica tempranamente para enriquecer nuestros recursos
para recuperar la salud.
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Publicaciones Semanales Breves 23 25 03 2017
La Queja como síntoma - 2º Continuación
La Queja como síntoma - 2º Continuación
Hoy utilizaremos una metáfora,
"la del camioncito con volquete".
Todos tenemos un camioncito, en cuya caja vamos cargando, habitualmente, cantidades importantes de malestares varios, enojos, estados de ansiedad, angustias, frustraciones, broncas, quejas , y por si a modo de ejemplo esto fuera poco, agreguemos un gran y generoso etcétera.
Todos tenemos un camioncito, en cuya caja vamos cargando, habitualmente, cantidades importantes de malestares varios, enojos, estados de ansiedad, angustias, frustraciones, broncas, quejas , y por si a modo de ejemplo esto fuera poco, agreguemos un gran y generoso etcétera.
En las mesas de café, en los espacios empresariales donde se hace un
alto para tomar un cafecito o un refrigerio, en encuentros entre amigos en
general, podemos observar que es habitual que se converse y se compartan
dolores, broncas, frustraciones y diversos estados de ánimo.
En una gran mayoría de los casos queda a la vista que a medida que avanza el
relato generador del malestar, se va manifestando un cierto alivio, pues se va
produciendo lo que llamamos una catarsis, que significa una descarga.
Cuando ponemos en palabras lo que nos ocurre, es como levantar el volquete y
por el solo hecho de compartirlo con alguien respetuoso, querido y valorado,
experimentamos una sensación de alivio.
Se trata de un alivio de la tensión, que no es poco, pero que si es solo eso,
no nos alcanza para resolver la situación y sin darnos cuenta, continuamos
transitando por nuestra vida cargando y descargando la caja del camioncito, sin
entender muchas veces lo que se nos repite, es decir, por qué siempre me pasa
lo mismo.
Si puedo prestar atención y me escucho, puedo darme cuenta de que hay un hilo
conductor entre varios de los hechos que me han generado algún sufrimiento.
Hay personas que pasan por la vida en un permanente proceso de carga y descarga
de la caja del camioncito; permanentemente cargo la caja y en cada situación en
la que puedo, levanto el volquete y produzco la descarga.
Debemos saber que el compartir en un buen encuentro es siempre algo bueno, pues
"el compartir alivia y ayuda a acrecentar y recuperar la capacidad de
pensar", pero debemos saber que se trata solo de eso.
Es importante saber que si quiero producir modificaciones en las matrices o
patrones de mi funcionamiento, en mi forma de afrontar y/o reaccionar ante las
situaciones que me convocan, debo saber que será muy saludable aprovechar esos
momentos de catarsis, pues el eclipse del intelecto se abrirá y me permitirá
disponer mejor de mis capacidades perceptivas, intelectuales y creativas para
hallar respuestas satisfactorias a las situaciones que me aquejan.
Aprovechar esos momentos significa buscar ayuda profesional para que esa ampliación
de la visión sobre lo que nos ocurre pueda ser bien aprovechada y generar un
avance real y concreto que me permita re matrizar dichos patrones de conducta,
para alcanzar así una situación de mayor salud y consiguiente bienestar.
24 -
Publicaciones Semanales Breves 24 07 04 2017
Cómo y porque funciona una psicoterapia
Hemos tratado en artículos
anteriores algunos temas vinculados a la búsqueda de salud y bienestar y en
varios de ellos recomendamos recurrir a ayuda profesional para lograrlo, especialmente
cuando se trata de situaciones en las cuales estimamos que intentar resolverlo
en solitario será difícil.
Pero es lógico que nos preguntemos
cómo funciona una terapia?, qué es eso de ir a contarle a un desconocido
nuestras cosas íntimas?, que te va a decir?, es algo más bien para locos o
personas que están muy mal y no es mi caso, etcéterassss!!!
En artículos anteriores nos hemos
referido a las condiciones que deben darse para que un proceso terapéutico
tenga un buen pronóstico.
Hoy en cambio trataremos de
explicar algunos aspectos básicos del Proceso Terapéutico. Por qué funciona una
terapia?.
Recuperemos memorias de nuestro
paso por la escuela secundaria, asignatura Física, Tema: Principio de Inercia.
Se nos explicaba que un cuerpo que se desplaza en una dirección, tiende a
seguir su camino en esa dirección.
Si le aplicáramos una fuerza en un
ángulo diferente al recorrido que viene haciendo, ocurrirá que el cuerpo
cambiará su recorrido en un ángulo que dependerá de la fuerza con la que se
viene desplazando y por otro lado la fuerza que se le aplique para modificar su
recorrido. Nuestros profesores de física nos decían que "se descompone la
fuerza y el cuerpo cambiará su recorrido".
En la figura 1, en el gráfico de la
izquierda podemos observar este fenómeno, que es aplicable al mundo de la
Física.
Pero el Principio de Inercia se
aplica también a las personas: Funcionamos de una determinada manera y tendemos
a seguir funcionando de esa manera. En qué radica la diferencia con la
experiencia en Física?, en que una acción única tendiente a ayudarnos a
producir una modificación en nuestro modo de hacer no resuelve el problema como
en la física, donde el objeto cambia la dirección inmediatamente por la
aplicación de la mencionada fuerza.
Si el mismo Freud se levantara de
la tumba para brindarnos una "super sesión", lo que ocurriría es lo
que podemos observar en el gráfico de la derecha de la figura 1, donde podemos
ver que se produce una breve modificación en nuestro modo de funcionar, pero
que la fuerza inercial nos llevará inevitablemente a regresar al modo que nos
es habitual.
Si lo que queremos es dejar de
sufrir, por ejemplo, por el singular modo de encarar nuestras
situaciones conflictivas, necesitamos que ocurra lo que mostramos en la figura
2, donde podemos apreciar el cambio de dirección de la línea en color verde,
que muestra un cambio en la dirección en que venimos funcionando y que se
mantiene en el tiempo; es decir, no nos regresa al funcionamiento anterior que
queremos modificar.
Esto se logra no por haber tenido una única y maravillosa sesión,
sino que lo que promueve el cambio es el PROCESO que está dado por la
continuidad de las sesiones.
En nuestro próximo artículo nos explayaremos en esta explicación.
Les deseo buenas reflexiones entonces.
Figuras 1 y 2.
25 -
Publicaciones Semanales Breves 25 15 04 2017
Cómo y por qué funciona una psicoterapia - Continuación
Partamos de una premisa: "Siempre que hay una formación,
paralelamente hay una deformación".
Yo como Psicólogo, por ejemplo, tengo una formación
que me facilita la comprensión de fenómenos que no responden a la lógica
cartesiana y por ese motivo, me cuesta más percibir, pensar y comprender
aquello que las ciencias llamadas exactas pretenden explicar de ese modo.
Por otro lado tenemos a las personas que han
tenido una formación en el campo de estas ciencias llamadas exactas y su
dificultad está más bien en percibir, pensar y comprender aquellos fenómenos
que no se encuadran dentro de esa forma de pensar.
Es habitual que en nuestra actividad recibamos
consultas/preguntas sobre las que se espera una respuesta por sí o por no,
blanco o negro, etc. y nuestras respuestas, la mayoría de las veces consisten
en un "depende".
¿Cómo depende?, es la siguiente pregunta, que
suele ir acompañada de cierto enojo, pues la respuesta esperada es claramente
afirmativa o negativa, o blanco o negro, etc.
Desde esta perspectiva suele hacerse el siguiente
cálculo: Si voy a tener una sesión una vez por semana, esto significa que veré
al terapeuta durante 1 hora sí y 167 no, pues entre siete días hay 168 horas. (Figura 2 del artículo anterior).
¿Cómo me pueden hacer creer estos terapeutas que
con tan poco tiempo me van a ayudar a resolver algo?, ¿en solo una hora cada
167?
Sólo podemos comprender la razón por la que
funciona una psicoterapia si logramos ver que todo ocurre en el marco de un
proceso, que está dado por la secuencia de las sesiones.
Lo que ocurre en cada sesión va alimentando el
proceso de reflexión; de reflexión y de darse cuenta, lo que permite ir
encontrando diferentes alternativas de enfoque, lo que en otros términos es,
revisar y modificar nuestras matrices de funcionamiento al descubrir que de lo
que se trata es de encontrar modos más saludables de encarar y resolver las
situaciones que nos aquejan.
¿En qué momento ocurre esta reflexión que va
alimentando el darse cuenta?, justamente en el total de las 168 horas en las
que el proceso terapéutico va teniendo lugar.
Se supone que en cada sesión se va ampliando la
visión, lo que permite profundizar en la comprensión de aquello que dará
sentido al esfuerzo realizado para lograr un modo de estar en el mundo más
saludable y productor de bienestar.
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Publicaciones Semanales Breves 26 22 04 2017
Cómo y por qué funciona una psicoterapia - 2º Continuación
Otra manera de pensar la dinámica emocional/intelectual y percibir
el funcionamiento del proceso terapéutico es la siguiente.
Veamos un esquema simple que nos permitirá comprender lo que
nos ocurre internamente cuando decidimos hacer algo.
Imaginemos el siguiente dinamismo:
Nuestros deseos son impulsados a pasar a la acción por una
estructura que podemos denominar Pulsional, y como vivimos en sociedad,
resulta que no podemos hacer lugar a todos nuestros deseos tal como aparecen en
bruto.
Contamos entonces con otra estructura que se ocupa de
ejercer el Control de nuestras
acciones, de tal manera que la estructura que se ocupa de gestionar la conducta
(y van tres estructuras), la podemos denominar el Yo, que en nuestro caso la
definiremos como el Yo Actor.
Nuestra conducta entonces surge del juego de fuerzas entre las
Pulsiones por un lado y el Control por el otro.
El Yo Actor, como
jamón del sandwich entonces, se las arregla para producir una conducta que no
siempre satisface adecuadamente nuestros deseos, que como vimos, surgen de la
estructura Pulsional.
Ya hemos dicho en artículos anteriores que cuando no
atendemos los requerimientos de nuestros deseos, seguramente terminaremos
produciendo algún síntoma; en otras palabras, que afectaremos nuestra salud.
¿Cómo contribuye entonces un proceso terapéutico a minimizar
los efectos indeseables y ayudarnos cada vez más a encontrar en nosotros mismos
respuestas que nos permitan satisfacer crecientemente nuestros deseos?
Imaginemos que a las estructuras mencionadas (Pulsional, Control y Yo Actor), las
completamos con una que podemos denominar como Yo Observador/Asesor; que es como si habilitáramos una especie de
mini helicóptero que nos sobrevuela permanentemente con la misión de observar
todo lo que hacemos.
Una forma de pensar acerca del funcionamiento de un proceso
terapéutico entonces es preguntarnos ¿Qué promueve una buena terapia?, y
podríamos decir que se trata de habilitar y mantener bien lubricado un canal de
comunicación entre el Yo Observador/Asesor
y el Yo Actor, para ayudarle al
segundo a que se dé cuenta y corrija todo aquello de lo cual no es totalmente
conciente, y encuentre modos más cada vez más satisfactorios y saludables en su
accionar.
En la medida que este funcionamiento se vaya instalando, es
altamente probable que podamos hallar y crear cada vez mejores respuestas a lo
que nuestras pulsiones nos requieren y en consecuencia, vayan disminuyendo los
síntomas indeseables y ganemos salud.
Esquema pulsión - control - el Yo Actor- el Observador/Asesor y la Conducta